Si algo he aprendido estos días es a vivir el día a día. Estar en el presente. Estar tranquilo. Estar en paz contigo mismo y con los demás.
A base de golpes, vas madurando. Estás más fuerte. No tienes miedo a situaciones que antes te parecían un mundo y ahora no lo son. ¿Cómo lo he conseguido? Pues a base de los duros golpes que te va dando la vida.
Valoras la tranquilidad
Le das importancia a la tranquilidad, ante todo. A estar bien contigo mismo. Cuando estás bien, proyectas una imagen positiva y eso es con lo que se quedan los demás. Con lo positivo. Pero para llegar hasta ahí, tienes que pasar por una serie de luchas internas hasta que te ves bien, hasta que te aceptas como lo que eres y hasta que te respetas. En definitiva, hasta que te quieres.
Viviendo el presente
Para estar bien hay que estar en el momento presente. Vivir el día a día. Disfrutar de los pequeños momentos con tus familiares y amigos y lo que pase en el futuro, no lo sabemos, pero vamos a ser felices y vivir nuestra vida tal y como queremos.
Resurgiendo de las cenizas
Tienes que ser como un ave fénix tienes que resurge de las cenizas para estar bien. Para estar en paz contigo mismo y con los demás. Cuando estás así, por fin te sientes bien. Por fin eres tú mismo. Por fin soy Álex.
Seguimos.
Fuerza y lucha.